¡Un cariñoso saludo y mis mejores deseos de que te encuentres en Paz!
“Atha yoga anuśasanam” (Yogasutras, I,1)
Así es como empieza el texto más importante el Yoga, el cual, aunque sea un texto de Raja Yoga (de meditación) contiene “dedos” que apuntan al resto de los principales Yogas: Karma Yoga ( la acción sin interés “personal”), Bakti Yoga (o devocional) y Gñana Yoga (el de la Comprensión que “libera”).
El Hatha Yoga, el que se suele practicar en las clases, con las distintas formas y variantes, es una base, una preparación, una plataforma para escalar hacia la cima del Raja Yoga (así lo dice, por ejemplo, el Hatha Yoga Pradipika, uno de los textos más importantes del Hatha). Por eso, todo practicante serio y entregado que profundiza en el Hatha Yoga, termina incorporando también el Raja Yoga en su práctica o sadhana. Como un buen bocadillo, el Hatha Yoga es el pan, un excelente pan, pero lo que va dentro es el “jamón vegetal y espiritual” (porque no sólo de pan vive el hombre).
Así, siempre es bueno mirar e investigar en este texto de Patanjali, porque aunque es para practicantes avanzados, también es una referencia para quienes sólo practiquen asanas, respiración, pranayama y relajación.
Dice entonces este primer sutra o aforismo que “Ahora” (atha) se van a dar las “Instrucciones o Enseñanzas” (anusasanam) sobre la “Unión o Liberación” (yoga). Ahora, cuando uno se ha preparado con otros Yogas (también con el Hatha)…; ahora, cuando ya se tiene un cierto grado de purificación…; ahora… las instrucciones concisas y contundentes para llegar a la cima del Yoga.
Muy bien. Pero ¿qué es el Yoga?
“Yoga chitta vrtti nirodah” (Yogasutras, I,2)
“Yoga es el cese (nirodah) de la identificación con las fluctuaciones o modificaciones (Vṛtti) mentales (chitta)”. Es decir, cuando se deja de estar identificado o apegado con los distintos estados mentales (que son cinco). Cuando el sol de la conciencia brilla sin que ninguna nube opaque su esplendor, sin que ninguna clase de ignorancia (“avidya”) confundan al yogui con Lo que Es.
¿Y qué ocurre entonces, qué pasa cuando cesa la ignorancia que nos hace empantanarnos con los movimientos mentales o las expresiones de la consciencia (vrittis)?
“Tada drastuh svarupe’ vasthanam” (Yogasutras, I, 3)
Entonces (tada), el vidente o yogui (drastuh) se establece (avasthanam) en su propia Naturaleza Esencial, en su Verdadera Realidad (svarupe). Entonces, se deja de vivir en lo aparente, en lo falso, en la “ignorancia básica”… Entonces, por fin, uno vuelve a Casa, uno sabe Quién es, uno reconoce lo Real.
O sea, que vivimos alejados de Lo Que Somos. Por eso sufrimos, por eso estamos siempre insatisfechos, por eso vivimos desde la ficción de un ego (que genera karma).
Me acuerdo que a una pregunta que le hicieron a Nisargadatta (un maestro del Vedanta Advaíta) respondió: “Deja de buscar lo que no eres y encuentra lo que nunca has perdido”. Es una forma de resumir los tres sutras mencionados: el Yoga sucede cuando cesa la identificación con lo que no eres y entonces te encuentras con Lo Que Eres y Siempre Has Sido.
Bueno, dejamos ya a Patanjali. Todo lo anterior puede parecer muy profundo y alejado de una práctica “normal” con asanas, respiración, relajación, etc., pero es la dirección del Yoga. No importa si se utilizan unas u otras técnicas, o se explique de forma diferente en base a otros textos (como en el Tantra o el Budismo), pero es hacia Ahí, hacia este núcleo al que debe apuntar todo Yoga.
Es verdad que luego podemos practicar para relajarnos, estirarnos, aliviar el dolor de espalda, calmar la mente, fortalecernos, etc. Pero todo ello prepara, predispone, incita…Son pasos en el camino. Y la Atención ha de estar en cada paso, pero la Intención en el destino, en Despertar a Lo Que Soy.
Ánimo…, entusiasmo…. Sólo un paso de Consciencia, sólo un paso en el Camino tiene más valor y merece más la pena que toda una vida de inconsciencia. Porque el sentido de la Vida no está en tener éxito o estar “agustito” en este mundo siempre cambiante…, sino en vivirlo-trascendiéndolo.
Como es costumbre, me despido con un soneto yóguico, sobre una práctica que realizamos a menudo en las clases.
Ahbay Tulku Rimpoche (Jigme Thupten Tendar) es Abad del Monasterio Yega Choeling en Shigatse, Tíbet y de su rama Tsangpa Metsen en India. Nace en Darjeeling, India; con 7 años se hace monje en el monasterio de Ganden Jangtse en el Sur de India. A los 12 es reconocido por su Su Santidad el Dalai Lama como la reencarnación del Lama Ahbay y nombrado Ahbay Tulku Rimpoche.
Desde 2009 Ahbay Rinpoche se establece en Karnakata, sudeste de la India y viaja regularmente por Europa y América del Norte para difundir las enseñanzas del Dharma.
Rimpoche quiere decir joya preciosa y es un indicativo de alto grado de evolución espiritual. Tulku es reencarnado consciente para el beneficio de todos los seres sintientes. Es Geshe o maestro espiritual y ha realizado estudios avanzados en la Universidad tántrica de Gyumed.
Tiene los títulos de estudio de los cinco libros más importantes del budismo Mahayana:
Pramana Sastra.
Paramita Sastra. Prajanaparamita. La perfeccion de la sabiduría.
Madhyamika Sastra. La vía media.
Abhidharma Sastra. Enseñanza del Bhuda.
Vinaya Sastra. Reglas monásticas y seglares.
Ahbay Tulku Rinpoche dedica todo lo recaudado para el proyecto que ha puesto en marcha de construir un nuevo monasterio en la India, en el cual, además de las actividades monásticas habituales, presta servicio a la comunidad a través de una enfermería y una biblioteca.
Habla inglés y es muy cercano y claro en sus enseñanzas.
¡Un cordial saludo amig@, con mis mejores deseos de que te encuentres en Paz!
Así, si tienes (si tengo) interés, echamos a andar.
El interés, el verdadero interés, la “demanda interior” (dice Blay) es la flecha, la punta de lanza del desarrollo en el Yoga (y en cualquier sendero espiritual).
Pero no es algo que dependa de la voluntad, del esfuerzo. Se tiene o no se tiene, ha surgido o no ha surgido… Surge o surgirá cuando se den las condiciones kármicas, cuando sucede algo así como un “clic” en que uno se cansa de dar vueltas en esta rueda o samsara de placer-dolor, éxito-fracaso, me gusta-no me gusta, vida-muerte, etc. Surge o surgirá cuando uno se cansa de la continua insatisfacción, se cansa de apariencias y sueños (maya), se cansa de no-Ser… Se cansa de correr y correr, o, a veces, de correr y buscar… Y no encontrar. Y no llegar.
El interés, el verdadero interés puede asomar la cabeza con algún shock de la vida: alguna enfermedad, accidente, muerte, crisis económica, etc. Aunque suele “esconder la cabeza” rápidamente, cuando viene la calma o anestesia después del mismo. A no ser que el “terreno” esté abonado, preparado para aprovechar ese impacto.
Pero claro, si el terreno está abonado, casi cualquier circunstancia puede ser el detonador. Por ejemplo, cuando todo te va muy bien, superbien…, y, sin embargo, sientes un vacío, una insatisfacción de fondo, un sinsentido interior…
Y entonces empieza la búsqueda. O también el detonador puede ser un “maestro”, o un libro. ¿Quién sabe?
¿Y si no se tiene esa demanda interior, ese punzante interés por crecer, por descubrir “Quién Soy Yo”, por sentirse Completo? ¿Se puede hacer algo? Sí y no.
No se puede hacer nada, porque cualquier cosa que se haga viene del ego, de la “persona”, de la ilusión…, y la “demanda interior” viene de lo que está más allá del individuo, viene de lo trans-personal. Queda rendirse, aceptar (“Ishwara Pranidana”, 5o Niyama de Patanjali), pero como esto no es una técnica, el ego no lo puede practicar (“ego” y “Aceptación” son contradictorios). Sucederá cuando se den las condiciones, cuando el fruto esté maduro.
Y, al mismo tiempo, sí se puede hacer algo, y es “practicar”, purificar los instrumentos (cuerpo, respiración, mente), preparar el terreno para que cuando surja la demanda, la Voz Interior, la Voz del Silencioso Amo…, los “sirvientes” estén listos.
En cualquier caso, aunque creamos que no se puede hacer nada, haremos algo (asanas, pranayama, concentración, meditación, autoindagación, etc.), porque el impulso kármico de “hacer” estará en nosotros hasta la Liberación.
Podemos decir en que hay una etapa en que estamos anestesiados, dopados, estamos en una “honda avidya” (ignorancia, oscuridad). Luego, hasta que no sucede la llamada y practicamos Yoga (u otro sendero espiritual), en realidad, nos estamos preparando para él. Estamos “reconociendo la oscuridad”, reconociendo la “honda avidya”: no sabemos quiénes somos.
Más tarde, en algún momento, en alguna vida sucede la llamada… y es entonces, y sólo entonces, cuando comienza el Yoga.
Porque la llamada es la luz, la voz interior que nos guía, que nos motiva y nos impulsa… Aunque sea sólo una diminuta luz, esa luz es un anzuelo de la Verdad.
José Blázquéz García, director del centro de Yoga Sati.
Las técnicas respiratorias tienen su origen en la India, China y Japón. Los cambios de la vida moderna han impulsado estas técnicas como terapéuticas preventivas de trastornos psicosomáticos y de tratamiento en enfermos del corazón, asma lesiones espinales, trastornos de la voz, etc…
El aliento es el enlace común entre todos los seres vivientes.
Proverbio chino.
El aliento es el medio vital y comunicativo, la forma de relación interior y exterior más importante del que disponemos.
Vías respiratorias superiores son las fosas nasales, la cavidad bucal y la laringe. Inferiores, la tráquea, los bronquios y los pulmones. El pulmón derecho consta de tres lóbulos y el izquierdo de dos. Los pulmones están envueltos por una especie de saco que se llama pleura. Los músculos respiratorios principales son el diafragma y los intercostales. El centro respiratorio se encuentra en la médula espinal y en el bulbo raquídeo.
A la vez que se da una respiración externa o pulmonar con el intercambio gaseoso entre el aire y la sangre, se da otra respiración interna o celular entre la sangre y las células.
En una buena respiración tenemos la sensación de que algo respira en mí o de que soy respirado por el aire que entra y sale.
¿No está el hombre a merced del aire que respira? Infeliz de aquel para quien la cabeza lo sea todo.
Goethe.
Las fosas nasales son más amplias de lo que parece exteriormente. La respiración nasal además de ser más completa al estimulas las zonas reflejas y6 proyectar la energía a los centros superiores, filtra y calienta el aire evitando infecciones.
Reír, bostezar, suspirar y estornudar limpia la tráquea, disuelven tensiones psíquicas y presiones internas, activan el sistema neurovegetativo.
Con la lengua respiran los mendigos; los reyes, con el dedo gordo.
Proverbio chino.
En las articulaciones existen puntos reflejos relacionados con los pulmones. El movimiento de las articulaciones, además, drena la linfa y bombea la corriente sanguínea.
Lo más básico es espirar y esperar a que el cuerpo pida el aire. No forzar la entrada de aire es lo natural. Las palabras aliento y alma tienen la misma raíz latina; ser libre significa respirar libremente.
El cuerpo es un espacio lleno de fuerza. El aliento es la fuerza que inunda el espacio.
Schmitt.
La respiración es un acceso directo a nuestro estado de ánimo, pues ésta refleja fielmente nuestro estado interno, la podemos considerar nuestra unión con el cosmos según muchas religiones.
Nuestra espiración responde directamente al ser tocados.
La experiencia mental tiene profundas bases químicas y fisiológicas.
Las cuatro etapas en la respiración
Inhalación o Puraka. Si no se dice lo contrario, es por la nariz, lenta y controlada. Podemos visualizar la entrada de pureza, oxígeno y energía.
Suspensión o Kumbhakacon el diafragma bajo y el abdomen abultado mientras la caja torácica permanece expandida. Sin esfuerzo y con tranquilidad. Durante esta pausa se mezcla el aire residual con el fresco.
Los tiempos de la retención suelen ser de 1/1/11, 1/1/2, 1/4/2
En la medida que nos pasemos por alto la pausa respiratoria, nos despojaremos de nuestra salud.
Horst -Coblenzer
Exhalación o Rechaka, procurando que sea total. Un proceso pasivo que elimina las tensiones. Podemos visualizar la desintegración de la fatiga, las toxinas e impurezas.
Suspensión en vacío o Bahya Kumbaka, corta suspensión sin realizar ningún esfuerzo.
PRANAYAMA
Es la ciencia yóguica del control de la respiración y el núcleo central de la práctica de hatha yoga.
Prana significa respiración, aliento de vida, la fuerza vital de cada ser….lo impregna todo. Nos impregnamos de él sobre todo a través de la luz del sol, los alimentos y por supuesto, la respiración. En el cuerpo existen concentraciones latentes de prana que son fuentes de fuerza fisiológica y psíquica (Laya/Kundalini yoga).
Yama, restricción, dominio, relajación mantenida o tendencia a conservar la fuerza.
El aliento ha de adentrarse en nosotros como si de piedras preciosas se tratase, sin que quede un solo rincón donde no pueda llegar.
Wang Chung Yu
La meditación de la respiración en si misma es contemplada por tradiciones místicas de todo el planeta.
Los beneficios de los ejercicios respiratorios son muchos, entre otros, aumentar la vitalidad del cuerpo, purificar y estimular la corriente sanguínea, relajar cuerpo y mente, y fomentar la ecuanimidad.
La psicología del yoga dice que cada pensamiento está asociado con emociones y con formas de respirar concomitantes. A través de control respiratorio actuamos directamente sobre nuestro estado emocional y la conciencia. Las posturas adoptadas para estos ejercicios son las mismas que para la meditación y las recomendaciones similares a las de el hatha yoga.
La actitud a cultivar es la atención extasiada donde no se sabe bien si estamos respirando o estamos siendo respirados.
La respiración es la puerta hacia la realidad
Máxima Hindú.
Artículo escrito para la revista Yoga y Salud, nº6. José Manuel Vázquez es socio de la APYM y director de la escuela Yoga Orgánico. Descubre más sobre él.
Sati representa la fuerza femenina (shakti) y es la primera encarnación de la Devi destinada a unirse al todopoderoso Shiva. Es la diosa de la longevidad marital y la felicidad.
Con el fin de que la Divina Madre encarnara en su linaje, el rey Daksha realizó durante miles de años diversos sacrificios y como resultado, nació Sati, que desde pequeña fue ferviente devota del dios Shiva.
Cuando llegó a la edad para el matrimonio, Sati se sumergió en duras pruebas de devoción a Shiva para ser digna del dios. Sin embargo Shiva se encontraba meditando en los montes del Himalaya y no fue conocedor de tal fervor hasta que otros dioses fueron a buscarle y le convencieron de la necesidad de ese matrimonio para el correcto funcionamiento del universo y la prosperidad de sus habitantes.
Durante 25 años vivieron felizmente en el Himalaya.
En una ocasión el padre de Sati, Daksha, realizó una ofrenda en sacrificio e invitó a todos los dioses, entre ellos, a Shiva. Los dioses se postraron ante él en agradecimiento excepto Shiva, que entendía que él, como dios, estaba por encima de los mortales y no debían inclinarse ante ellos. El rey, muy ofendido, le insultó delante del resto de invitados y le ignoró. Shiva, respetando a su suegro, se calló y abandonó la fiesta.
Algún tiempo más tarde, el rey Daksha quiso llevar a cabo otro sacrificio mucho más multitudinario. Todos fueron invitados excepto Shiva y sus seguidores.
Cuando Sati se enteró, primero preguntó a su esposo, quien le contó lo ocurrido anteriormente. Entonces Sati fue a pedirle explicaciones a su padre. Éste, muy enfadado la ignoró. La multitud, la ignoró. El resto de dioses, la ignoraron. Pero cuando Sati insistió en saber porqué se ofendía al dios más importante de entre todos los dioses, su marido Shiva, el rey Daksha comenzó a burlarse de él, a insultarle y a juzgarle por su aspecto.
Sati, llena de pena y dolor le dijo a padre que, ya que se avergonzaba de ella y para no tener obligaciones con él por haberle dado la vida, abandonaría su cuerpo físico.
Sati se encomendó al dios Agni, y a través de respiraciones y meditación, se inmoló.
Cuando Shiva se enteró entró en cólera, se arrancó una de sus trenzas (rastas) y la tiró con furia al suelo. De ese acto de ira, nace Virabhadra, el gran guerrero del dios Shiva.