Carta de Yoga 2022

Carta de Yoga 2022

Madrid, Septiembre-2022

¡Un cariñoso saludo, amig@, y mis mejores deseos de que ahora mismo
estés en Paz!


Nos adentramos en el próximo Curso de Yoga y, si estás interesad@, pues
vamos a ello. Digo “Curso” porque así es como lo veo, como un conjunto que
tiene una estructura y una dinámica de fondo. Por eso no son iguales las clases
de Octubre que de Diciembre, o de Junio. Y no las “ve” igual quien va a un
Centro de Yoga con regularidad que quien acude esporádicamente (lo cual
muchas veces indica un “picoteo yóguico” superficial, sin raíces).

Y siguiendo este “hilo” vamos a recordar un sutra (=hilo) de Patanjali:


“La práctica (abhyasa) queda firmemente establecida cuando se continúa
por largo tiempo, sin interrupción y con fe”

(Yogasutras, I, 14)


Dice Swami Niranjan que éste es el sutra más importante que se debe enseñar
a un alumno. Se requieren, pues, tres cualidades o condiciones para abhyasa (la
práctica o sadhana yóguica):


La 1a es “por largo tiempo”. Si en algún momento el Yoga nos “toca”, hemos
de comprender que la evolución espiritual puede llevar mucho tiempo (muchas
vidas) y hay que seguir comprometidos como una tortuguita, paso a paso, paso a
paso… Sorteando obstáculos como el aburrimiento, o la impaciencia, o el ansia
de esperar resultados…

Y eso que los resultados llegarán (Ley del Karma), pero
no se sabe cuándo ni cómo, porque pueden venir sutilmente o de golpe. Y pueden
venir resultados apetecibles o dolorosos (porque éstos forman parte también del
proceso de purificación).
¡Qué importa cuando llegue el Despertar, el fin del karma, nuestro Destino!
Practica… sin esperar.


La 2a condición es “sin interrupción”, con regularidad, constancia. Si, como
dijimos antes, el Yoga nos ha “tocado”, entonces la practica o sadhana forma
parte de las cosas necesarias en nuestro día a día (como comer, dormir, etc.).
Hay que indicar aquí que la práctica regular cambiará a lo largo de los años,
pues no es lo mismo a los 25 que a los 60. Además, en la práctica pueden entrar
muchas técnicas y aspectos: asanas, pranayama, concentración, reflexión,
meditación, lectura o escucha “espiritual”, oración, etc. Cuando se lleva tiempo,
practicar sólo asanas es muy básico, muy pobre (aunque es verdad que con ellas
también se puede entrar en una experiencia más profunda y meditativa).

Y por otro lado, no significa que se tenga que disponer siempre de un tiempo
exacto (digamos 60 min.), porque el interés y la calidad tienen más importancia.
Tradicionalmente la práctica la indicaba el gurú al discípulo, pero si no se
tiene pero hay “mucha experiencia”, uno puede diseñar su propia sadhana o
pedir consejo al profesor.
Así que cada día (o casi) recógete “Detrás de la ventana” …


Y la 3a condición es “con fe”, con reverencia y fervor. ¡Qué importa cando
llegues! Sigue, continúa con fe. Quizás ésta sea la condición más importante, lo
cual implica hacer de la sadhana algo “sagrado”, algo que se “ama” y se
“disfruta”.

Y es que más allá del tiempo dedicado a la sadhana importa el fervor-
entusiasmo-fe en ella.

La práctica yóguica, al principio, es más bien un “esfuerzo”. Más tarde, si
seguimos y nos empieza a tocar un poco, se convierte en una “necesidad” (física,
mental, espiritual). Y termina siendo un disfrute, un “deleite” (aunque, en
menor grado, sigan presentes los dos aspectos anteriores).
Así pues, practica por “largo tiempo”, como un elefante kapha…,
con la “regularidad y constancia” de la energía pitta…
y que el “fervor y entusiasmo” de tu parte vata la eleve y sacralice.
Como es habitual, termino enviándote un poema yóguico, un soneto.
¡Un fraternal abrazo!
¡Om Shanti!

DETRÁS DE LA VENTANA

Detrás de la ventana de los ruidos…
… está el silencio azul de los misterios,
la noche almacenada en un candil,
el acuoso murmullo de los sueños.


Detrás de la ventana de los textos
que muestran los Senderos de los Hombres,
y son reverenciados con fervor…
… está, en blanco, la página del Cielo.


Más Real que el Sol del mediodía,
más sutil que el aroma de los devas…
… está, en blanco, la página más íntima.


Detrás de la ventana del veneno,
en soledad total y universal…
… está el antídoto, está el Secreto Abierto.

Reflexión y poema escrito por José Blázquez, director del Centro de Yoga Sati y socio de la APYM.

Portada: Imagen de wirestock en Freepik

Poema: Imagen de Wiroj Sidhisoradej en Freepik

Virabhadrasana I, II y III. Historia y significado.

Virabhadrasana I, II y III. Historia y significado.

EL GUERRERO o LA LUCHA CONTRA EL EGO

El origen de esta secuencia de asanas viene de una bonita y trágica historia, y paradójicamente, con un concepto «violento».

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Sati, devota de Shiva, se casó con éste en contra de los deseos de su padre, el rey Daksha.

Sin embargo poco después, la pareja sufre un desplante por parte de Daksha y tras una fuerte discusión en la que Sati le dice a su padre “como tú me has dado este cuerpo, no deseo estar relacionada con él”, se va a meditar. Por medio del trance y ejercicios de yoga, incrementó su fuego interno y se inmoló.

Shiva entró en cólera, y rasgándose sus vestiduras y tirándose del pelo, arrojó con furia uno de sus jatars (rastas) al suelo. 

Y de la tierra, ahí donde arrojó su cabello, nació Virabhadra, su gran guerrero. (Virabhadrasana I)

Se cuenta que se desató una gran guerra de destrucción y muerte, la Tandava, en la que Virabhadra fijando su atención en cada uno de sus objetivos, no dejó a nadie vivo. (Virabhadrasana II)

Finalmente y por orden del Shiva, decapitó al rey Daksha. (Virabhadrasana III)

Una vez llevado a cabo su trabajo, Shiva llegó al Yagna y absorbió a Virabhadra en el mismo. 

Fue entonces cuando Shiva se da cuenta de lo ocurrido y comienza a sentir pena y dolor, por lo que revive a todos los que fueron asesinados. Como el rey Daksha no tenía cabeza, le concede una cabeza de cabra.

Recogió el cuerpo calcinado de Sati y lo paseó por todo el universo, esparciéndolo.

Ahí donde cayeron sus restos, se dice que se formó el Shakti Peethas, los 51 lugares sagrados de la India.

Y Sati, volverá a renacer en otro cuerpo y estos amantes cósmicos se reencontrarán. Esa será la historia de Parvati y Shiva.

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Esta historia representa a Shiva y Virabhadra luchando contra el ego arrogante en nombre del amor y de corazón.

Así que en estas asanas no veneramos la violencia de esta escena de destrucción, sino que reconocemos a nuestro guerrero espiritual que todos los días lucha contra nuestro ego y avidya o ignorancia, lo cual es la fuente de nuestro sufrimiento.

Ten presente cuando realices estas asanas, que estás destruyendo tu ego. Igual que Virabhadra cuando resurge (Virabhadrasana I), descubre tu fuerza y poder también en tu vida diaria.

Virabhadrasana I

Como buen guerrero, desarrolla tu visión periférica sin dejar de concentrarte en tu objetivo es decir, sigue consciente de todo lo que te rodea, hagas lo que hagas y en cualquier momento, controlando no sólo lo externo; también tu realidad interna (Virabhadrasana II).

Virabhadrasana II

Se trata en definitiva, de mantener el equilibrio y la estabilidad interna y externa en las condiciones más adversas. En el camino hacia nuestra misión, es posible que descubramos una determinación que no sabíamos que teníamos para afrontar, tomar y ejecutar decisiones diarias. (Virabhadrasana III). Virabhadrasana III 

 

Si te ha parecido interesante y quieres saber más, hoy te recomendamos el siguiente libro:

Lo que la India me enseñó, Una historia masala, de AIDA MATEOS